El calendario litúrgico de la Iglesia Católica recuerda en su santoral a distintas figuras que marcaron la historia de la fe. Este 20 de junio se celebra especialmente a San Silverio, papa y mártir, junto a otros santos y beatos que dejaron huella por su entrega y testimonio.

San Silverio, papa y mártir

Hijo del papa Hormisdas, San Silverio accedió al pontificado en el año 536 en medio de un contexto político y religioso complejo, durante el reinado del emperador Justiniano. Su breve papado estuvo marcado por las tensiones con la emperatriz Teodora, quien buscaba imponer al patriarca hereje Antimo en Constantinopla. Por resistirse a esta presión, Silverio fue depuesto, desterrado a la isla de Palmaria (hoy Palmarola, Italia) y condenado a morir de hambre, sellando así su martirio.

Beata Margarita Ball, mártir de la fe en Irlanda

Entre las figuras recordadas este 20 de junio se encuentra la beata Margarita Ball (1515-1584), un nombre poco conocido fuera de Irlanda pero fundamental en la historia de los mártires católicos durante la Reforma Anglicana.

Nacida en Skreen, cerca de Dublín, en el seno de una familia acomodada, Margarita Ball llevó una vida respetable como esposa y madre. Se casó con Bartholomew Ball, comerciante y alcalde de Dublín, con quien tuvo varios hijos. Su vida transcurría con normalidad hasta que la tormenta religiosa desatada por Enrique VIII y sus sucesores llegó a Irlanda.

En un contexto en el que las leyes penales inglesas prohibían el culto católico, Margarita mantuvo la práctica de su fe de manera clandestina. Abría su casa a sacerdotes perseguidos y refugiados, y organizaba misas secretas, poniendo en riesgo su seguridad y la de su familia.

La mayor tragedia de su vida fue la traición de su propio hijo, Walter Ball, quien, habiendo abrazado la fe anglicana para ascender políticamente, denunció a su madre ante las autoridades inglesas. Por orden suya, Margarita fue arrestada y encarcelada en la prisión de Dublín conocida como Castle of Dublin, donde pasó los últimos años de su vida en condiciones infrahumanas: húmedas celdas subterráneas, sin atención médica y apenas con alimento.

Pese a los ofrecimientos de su hijo de liberarla si renunciaba públicamente a la fe católica y aceptaba la religión oficial, Margarita se negó hasta el final. Murió en prisión en 1584, a los 69 años, víctima de abandono y enfermedad, pero firme en su devoción religiosa.

El papa Juan Pablo II la beatificó en 1992, junto a otros mártires irlandeses, como testimonio de quienes dieron su vida en defensa de la libertad de conciencia y fe. Hoy es recordada no sólo como mártir, sino también como madre fiel a sus principios, aun a costa de la ruptura con su propia familia.

Su historia resuena especialmente en Irlanda, donde se la considera un símbolo de la resistencia católica frente a la persecución religiosa de la época isabelina.

Otros santos y beatos del día

San Gobano: monje irlandés del siglo VII que vivió como ermitaño en Bélgica, donde murió en oración y penitencia. Es venerado especialmente en la región de Namur.

Beato Miguel de Ulm: terciario franciscano del siglo XV, destacado por su vida de humildad y servicio en su ciudad natal de Ulm, Alemania.

Beata María Teresa de Soubiran: fundadora de la Congregación de María Auxiliadora de los Cristianos en Francia, dedicada a la educación de jóvenes en el siglo XIX. Su vida atravesó el sufrimiento y la incomprensión, pero fue reconocida por su fe inquebrantable.